martes, 4 de septiembre de 2018

11:11


Justo cuando se abren
las puertas del cielo
naciste tú, Gabriel.
A esa hora en que la gente
-supersticiosa-
dice que debe pedirse un deseo
llegaste.

Fue en ese momento
después de horas y horas
de tratar de ayudar a tu valiente Madre
que me derrumbé en llanto
de alegría
de inmenso agradecimiento
de rendirme completamente a mi Dios
por dejarme presenciar un milagro.

A las 11:11 de la mañana
del 21 de agosto del 2018
naciste en El Condado
en San Juan de Puerto Rico
en una sala de parto orientada
hacia el océano atlántico.

Tu abuela Paty, Mamá y yo fuimos puntuales
a la cita con el doctor
la mañana del 20 de agosto.
Mamá y tú estaban perfectos,
pero el conteo del líquido amniótico era bastante bajo
y debías nacer.

Volvimos a casa por las maletas y tu carreola
ingresamos a Mamá en la sala de parto.
Al ver que todo estaba tranquilo
que caía la noche
y que mi cama era una sillita azul
muy linda Mamá me dijo que me fuera a dormir
a casa
y que regresara temprano.

Pero Mamá me llamó a la 1:30am
tenía mucho dolor
contracciones
4 centímetros de dilatación
y me pidió que fuera.

Llegué a las 2am a tomar su mano
a traerle hielo y que tomara agua

Llamamos a la Dula a eso de las 3am
ella llegó a las 4am.
Mientras, dábamos poco a poco la noticia
cientos y cientos de mensajes de texto
a muchísimas personas que te aman
que se iban enterando del suceso.

De 4am a 7am Mamá la pasó muy mal
la dula en un muslo
yo en el otro
subíamos sus rodillas hasta sus hombros
con cada contracción
las enfermeras monitoreaban la dilatación cada hora.
Hablamos con tu abuela Diana y tu abuelo Eddie a eso de las 6:30am.

Mamá y muchas de sus amigas
me pedían y me recordaban estar atento a solicitar
la epidural
pero no se podía administrar hasta que el Doctor lo aprobara.
Su próxima ronda era a las 7:30am.

Llegó puntual
encontró todo bien
aprobó la epidural y mandó llamar al anestesiólogo.
Mientras tu madre abrazaba desesperada el brazo izquierdo de la cama
le inyectaban unas agujas larguísimas.

Valió la pena
se fueron los dolores de parto
Mamá ahora solo debía concentrarse en pujar

Abuela Diana llegó a las 8:30am
trajo alegría
plegarias y mucha, mucha risa.

De esa hora hasta las 11:11am
estuvimos ayudando a Mamá
que me demostró
una vez más
que es la mujer más valiente que conozco.

No nos queda claro
si fue para motivar a Mamá
pero cuando coronaste
el Doctor cortó un pequeño mechón de cabello
y nos dijo algo así como “ahí viene”.

Con las enfermeras
la Dula
tu abuela Diana
el Doctor
y yo
gritando “Vamos!! ¡¡Vamos!! tú puedes!!”

Saliste hasta la altura de tu cintura
entonces, el Doctor, miró fijamente a tu Madre
y le dijo
“cógelo tú”
Mamá respondió: “No!, ¡se me va a caer!”
Él replicó, “No, no se te va a caer”
guio las manos de Mamá hasta tu cadera
y en un último pujo desesperado
saliste completo de tirón.

Yo caí en la sillita azul
llorando desesperado
hasta las enfermeras y el doctor
se burlaron tiernamente de mi.
Al punto, de que una enfermera española
con un acento como andaluz
repitió un par de veces mientras te limpiaba ‘pero ¡¡cómo llora Papá he!!’.

Ahora escribo estas líneas
esta humilde crónica del suceso más importante de mi vida
luego de que te has quedado dormido 3 o 4 noches seguidas en mi pecho,
en donde no cabe más amor
ni más orgullo.
Solamente por saber que eres mi hijo
que tengo la bendición de cambiarte los pañales
arrullarte
dormir contigo y con Mamá
sabiendo que todo irá bien
que realmente nada importa
o que lo verdaderamente importante eres tú
y nuestra familia.