Recuerdo madrugadas de luces de semáforos y farolas amarillas y caminatas hacia casa. Cuando no había iPods y los CD Players eran lo común. Una de mis canciones favoritas era 'Demasiada presión' de los Fabulosos Cadillacs, y yo escribía en servilletas, larguísimos poemas.
Hoy, después de semanas, meses de torbellino, estoy convencido que la vida está para disfrutarla, sobre todo si a uno le han tocado tantas bendiciones, como a mi.
Mis ratos de descompresión, las lleno con la música de Phoenix, que se ha vuelto indispensable y me recuerda que la vida hay que disfrutársela.
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Los dejo con 'Too Young', de a gran banda francesa.
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