Te fuiste al cielo
-abuelita querida-
un 26 de abril
muy tempranito.
Lo primero que vino a mi mente
fue decirle al Chapis
que te recibiera
los imaginé saludándose con gusto
-como cuando se veían en las comidas familiares-
quizás fumarían juntos
se pondrían al día
y el Chapis te contaría a detalle
quién es quién en el cielo
y de aquellos lugares que no puedes dejar de visitar.
Siempre fuiste una dama
el pudor
la inocencia
la ingenuidad -a veces propiciada-
eran tus cartas.
Como las que tanto te gustaba jugar
-con tu hermana, con tus vecinas, con tu familia-
tu baraja
tus novelas
tu sudoku
tu póker digital.
No te gustaba hacer mucho
tus casas eran la máxima limpieza
y habiendo trabajado desde niña
te entendía perfectamente
aunque a veces nos burlábamos de ti
-por tus batas, por tus tubos-
por no querer cocinar algo muy elaborado
pese a que eres la más grande chef/cocinera que yo conozca
El sábado pasado
-Guadis adorada-
se me rompió el corazón
al verte por la cámara del teléfono
vi tu dolor
vi que ya no estabas
y luego convulsiones
y sonrisas de mi tía
sin saber qué decir ni qué hacer.
Me pone muy mal
sentir que te fuiste sufriendo.
Tengo tu voz
grabada entre mis orejas
cantando un bolero
gritando ¡Ggreeeessssssss!
Tengo tus ojos puros
mirándome en confidencia
Tengo el dolor
particular
de haberme despedido muchas veces
-todas las veces que te vi, que pude verte-
te pedí tu bendición
y te dije lo mucho que te amaba.
Tengo tu foto
y me sigo despidiendo de ti todas las mañanas
y sigo pidiendo tu bendición.
Hoy
tomándome mi café por la mañana
volví a imaginarte
fumando con el Chapis en el cielo.
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Te pienso abue, y canto ese bolero que vive en mí. Ese que resume el amor que mi abuelo Eduardo, te tuvo y te tiene. Esa música de mi infancia, que cobra sentido gracias a ti:
Aunque tú no me quieras
Yo muchas veces te juré
que había olvidado
todos los besos
que por bien o mal te di,
juré muchas veces
que jamás lloraría
que jamás yo te habría de rogar.
Pero es mentira
ya lo ves, hoy te he buscado
para decirte
que no puedo estar sin ti,
me importa quererte
aunque tú no me quieras
si vivo sólo para ti.
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