miércoles, 17 de agosto de 2011

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Salía de la bañera y al verme en el espejo reconocí mi mirada de poker (no juego mucho, porque tengo mucha suerte y se gasta) y vi mi mano, no era mala la mano, tan solo era mía. Las cartas que también son mis dedos, o mis pensamientos, mostraban muchas oportunidades, esos caminos pequeños y luminosos, que uno se va creando cada día cuando se levanta a trabajar, que se van haciendo más cortos y fáciles de caminar si se le suman fines de semana.

Hace una semana cumplí 4 años en la Isla (O se puso de nuevo el vestidito negro). Ni para presumir, ni alarde, ni nada de esas cosas que se hablan posando los codos en las mesas ó en los anaqueles -quizá más es un reproche- pero es fácil afirmar que he trabajado más fines de semana, de los que he ido a la playa o a pasear. Qué triste.

Pero a la hora de mirar mi mano, me doy cuenta que soy un tipo interesante y me respeto y me doy palmadas fuertes en la espalda.

En estos días de locura he estado en cuartos de oficina, en pequeños salones y he maravillado, y voy hacia delante -pa atrás ni pa' agarrar impulso mi hijo, dijera el Chapis- pero el momento de verdadera estima llegó mientras caminaba en la universidad y una estudiante (que no reconocí, lo siento de verdad) me salió al paso y me dijo que me agradecía cosas que yo le había enseñado. Me quedé pasmado, por ingrato, por olvidadizo, por no darme cuenta… de tantas y tantas cosas.

Y mientras escribo, escucho a Piazzolla y me dan ganas de titular este 'post' como 'Oblivion', pero no sería justo, no estoy en el Oblivion, estoy contento y he tenido días maravillosos con O, y cocinamos, y tomamos buen vino, y nos ponemos a hacernos preguntas como ¿Quién fue Nabucodonosor?, y nos divertimos como niños.

Que bueno que traigo a Piazzolla, que siempre sale cuando hablo de mis hijos que todavía no tengo, y amenazo a O y a los presentes que si el día que nazca un varón estoy de vena, lo inscribo como Eduardo Astor. Pero en las noches yo solito me desmiento y me freno, cuestionándome qué yo haría con un pequeño genio tanguero… un bluff de los míos.

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No lo titulo así este 'post', pero con Oblivion me salieron estas letras, y por ello aquí los dejo con el gran maestro, reinventor del Tango, genio entre genios… Astor Piazzolla, con su Oblivion.

1 comentario:

  1. Hijo, yo quiero ver tu mirada de póker!!!
    Nunca la he visto! De verdad la tienes?
    Cuatro años en P.R con Odettita es una excelente mano!
    Tener trabajo es otra excelente mano!
    Olvidar los nombres o caras de las personas no es tan buena mano....yo la juego seguido y me averguenzo...
    Y tus hijos aunque no los llames Astor van a ser tangueros, porque tu eres súper tanguero!!! (te gusta el tango y no precisamente musical..jejeje)
    Te adoro hijo, besos!

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