jueves, 19 de mayo de 2011

Mi propio 15-M

Escribo en canzoncillos. Hará unos 39 centígrados y son casi las diez de la noche. Me siento un poco Juan Carlos Onetti, obvio me falta el genio, la botella de whisky y dos paquetes de cigarrillos.

Ayer tuve el día más difícil en mi joven vida profesional. Sobre eso no tengo mucho que decir, me sobran y me faltan palabras. La cosa se pone mejor porque llevo días enfermo, la garganta me arde. Y tengo por delante mucho trabajo, sin descanso.

O me levantó hoy e hizo su magia. Yo había llegado tardísimo de trabajar. Ella me despertó, en lo que me daba un duchazo ella me hizo un baño de vapor con olios, un boost de Vitamina C, café extra cargado, un par de besos y tan fresco a la calle. La figura de O se agiganta. Supongo que esa maniobra de primeros auxilios tendrá que realizarla sin tregua hasta el lunes o martes.

En España está el Movimiento del 15-M. Miles de jóvenes, inmigrantes, padres y madres de familia, abuelos... hartos del desempleo, de los malos Gobiernos, de la falta de oportunidades, se manifiestan en la Puerta del Sol. Recuerdo lo que leí ayer en EL PAIS, un joven -que lleva desempleado 18 meses- declaraba: "se suponía que mi generación era la generación que había crecido en la abundancia, y que nuestro futuro iba a ser el más prometedor de todos, mis abuelos y mis padres vivieron guerras, hambre... ahora nos toca a nosotros ver qué clase de futuro nos toca".

Se veía venir. Y ya en Berlín, Roma y París nacen movimientos similares.

Se dice que el Movimiento del 15-M fue inspirado por la Primavera Árabe, por las revueltas en Túnez y Egipto, Libia y Siria. Y se llama Movimiento 15-M por el fatídico ataque terrorista de hace unos años en Atocha. La desgracia siempre siembra futuro.

Yo veo a Buenos Aires, a la Ciudad de México protestando igual.

Yo vivo mi propio 15-M. La generación que me rodea en esta Isla vive un presente durísimo, y el futuro se mira con muy mala cara. O y yo, somos reflejo de todo eso. No hacemos más que trabajar, para vivir 'decentemente'.

A los hermanos en el mundo, desde este rincón del Caribe, les comparto al sabio jamaicano, Sir Bob Marley. Ayer su música me ayudó tanto.

También, les dejo mi frase favorita, que cae como anillo al dedo: "Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo". Julio Cortázar.

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