¿Dónde está mi fuego? No lo encuentro. ¿Lo he perdido?
Recurso de sobrevivientes, de hombres incansables… las civilizaciones lo han llamado de mil formas, 'espíritu', 'corazón', 'llama interna'… Ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo.
Muchas veces me he visto sentado frente un escritorio, en algún cubículo de empresa, agotado… y de repente tomo con mis manos la típica foto de la esposa con el hijo, o con los hijos. Veo a O y a pequeñas criaturas que aún no conozco.
Cuando tomo esa foto el pecho me arde, los ojos se abren grandes, grandes, siento los músculos en los brazos, aprieto los dientes y me pongo a trabajar como un psicópata.
Pero esa foto no existe. La foto de ahora muestra a O, bellísima en su vestido de novia frente a mí, nariz con nariz.
Esa foto me hace sonreír, me late el corazón. Me sé enamorado.
Pero no me da el combustible que busco. ¿Existe ese combustible?
I y yo hablábamos siempre de nuestros abuelos, de cómo construyeron un mundo sin tener nada, de la nada. Pero a ellos les sobraba ese fuego…
Pienso en mi padre, que también construyó un mundo él solo, es un profesional incansable… siempre me ha parecido más como un robot, una máquina… solo cuando se enferma o lo escucho cansado, me recuerda que es de carne y hueso.
Yo trabajo de verdad, trabajo fuerte, con mucho esfuerzo. Y siempre que me pienso a mi mismo como profesional me da orgullo saber que vengo de la estirpe de mis abuelos, que sigo los pasos de mis padres.
Pero últimamente me dan ganas de construir una balsa e irme a pescar.
O y yo vimos hace unos días un documental de unos pescadores en Cerdeña… y nos dio una envidia increíble, comían como reyes, tenían todo lo que necesitaban, disfrutaban de la naturaleza…
Alguna vez yo pensé en ser pescador y escribir poemas y beber agua de coco, fresquísima. Es curioso como los estándares, los modelos, son prohibitivos.
Pero si me hago pescador, luego viene la cuestión de lo que uno le lega a los hijos, y si no hay hijos, al mundo… la pregunta eterna de ¿Qué hizo uno con su vida?... ¿Pescar? ¿Qué le dejo a mis hijos? Un oficio, en un mundo en el que los oficios ya no valen, y vaya usted a saber si cuando ellos lleguen aún quedan peces en los océanos y así nos seguimos con preguntas y respuestas hasta que me da sueño, y recuerdo que por eso escribo Morellianas y camino a buscarme un café (O no está y me sigo negando a preparármelo yo).
Y en las noches, me dan ganas de escuchar Bossa Nova, y así me arrullo.
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Les dejo Meditação, composición de Tom Jobim, pero que interpretan aquí João Gilberto y Caetano Veloso. Todos ellos gigantes, que encontraron su fuego en el canto, en el piano, en la guitarra… hombres libres, que se atrevieron.
Quem… chorou, chorou
e tanto que o seu pranto ja secou.
Quem... depois voltou
ao amor ao sorriso e a flor
então tudo encontrou
pois a propria dor
revelou o caminho do amor
e a tristeza acabou.
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