lunes, 11 de julio de 2011

Suerte no es fortuna, ni viceversa.

No es que ya se me haya olvidado el español. Aunque quizá, esa pueda ser una verdad dolorosa y tema futuro para este espacio de verdades. Pero no, no en ésta ocasión. Hoy he estado apretando en la palma de mi mano, el mensajito que me salió a la hora del almuerzo, de las entrañas de mi 'fortune cookie', que me regalaron en la compra de mi 'comida china'.

Utilizo 'fortune cookie' porque es su nombre verdadero. Porque amistades que han vivido en ciudades en China, me dicen que tal cosa no existe allá, que los chinos se ofenden cuando les preguntan sobre las famosas galletitas. En español, la traducción para ésta excéntrica galletita es 'galleta de la fortuna'.

Pero la suerte y la fortuna no son la misma cosa.

Suerte fue la que acompañó a la Selección juvenil de México ayer, en el Estadio Azteca, para embocar 2 goles solidarios y que los disparos de los uruguayos fueran a los palos del arquero mexicano.

Pero I, mi gran amigo, siempre me dice que la suerte hay que construirla, hay que buscarla… y siempre he estado muy deacuerdo con esa máxima. Utilizo el fútbol, porque ha sido un punto muy importante para mi -y para todo el país, e incluso para aquellos que aman ese deporte- en estos días.

Además de permitirme disfrutar de fútbol en estado puro, el juego por el juego, por el corazón y no por dinero ni intereses, ver esos partidos me recordó el momento más feliz que he vivido gracias al fútbol.

Era 1998 y yo tenía 15 años. No recuerdo bien las razones, pero el partido del Mundial de Francia 98' nos agarró a mi mamá y a mi solos en la casa. Rápido nos organizamos, bajamos la televisión a la sala, nos preparamos una botanas y disfrutamos los dos como unos pingos… saltamos, nos tiramos al piso, lloramos como grandes camaradas. Fue un empate delicioso 2-2 ante la poderosísima Holanda. Ahí también hubo suerte, pero esa suerte también se trabajó con sudor.

La fortuna es otra cosa. Fortuna es tener la familia que tengo. Fortuna es O. Tesoros grandísimos, bendiciones colosales.

Fortuna es saber que mi abuela Marisa de vez en cuando puede entrar a este espacio y leerme. Fortuna es tener a mi abuelo Lalo, y a mi abue Lupita, que llaman a alguien para que les impriman estas líneas que de vez en cuando me salen correctas.

Fortuna es entender el mensaje oculto que se escondía en mi galletita: 'FIND THE ROAD TO HAPPINESS BY HELPING OTHERS'.

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Si me alejé unos días, se debe a que O se fue de viaje otra vez… pero ahora debo confesar que me costó mucho verla subirse a ese avión. Claro que me alegro, claro que la celebro. Lo que pasa es que en unos meses cumplimos 4 años de casados. Sin quererme hacer el canchero, pero ya cuentan esos años y puedo hablar 'con experiencia'. Hay temporadas de luna de miel, hay temporadas más rocosas… y O y yo veníamos muy bien, viviendo entre risas y bodas y caricias.

El primer día me costó horrores dormirme. Tanto que le peleo la cama a O, y esa mañana me di cuenta que había amanecido, obediente, quietecito y en mi lado. El de O estaba intacto. Además, no hay nadie que me haga mi café y mi huelga sigue.

El estribillo que me acompaña es de Serrat: "Hay amor, sin ti no entiendo el despertar… hay amor, sin ti mi cama es ancha…". Cuanta verdad.

Por eso, los dejo con una melodía fantástica. Una vez, un amigo español me dijo que ésta canción debería ser patrimonio del pueblo español. Yo de Ministro de Cultura, firmo la petición enseguida.

Esta versión la canta Antonio Vega… grandísimo cantante, que falleció hace poco también. Es mi preferida, y es un homenaje a muchos, pero más, a O… que la hecho mucho de menos.


1 comentario:

  1. Como olvidar ese día! Extraño mucho compartir esos momentos contigo, donde puedo dar rienda suelta a mi pasión futbolera...
    Somos afortunados hijo por tener la familia que tenemos y tantas Bendiciones que recibimos a diario...
    Te quiero mucho

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