miércoles, 26 de enero de 2011

Los Des-Terra-Dos

Ser mexicano, es ser inmigrante. Incluso en el propio México. Mis padres y mis hermanos, muchas veces fuimos inmigrantes. Fuimos 'chilango'-norteños, 'chilango'-costeños, 'chilango'-yucatecos y al final ex-'chilangos' que regresamos a Chilangolandia, para luego convertirnos de nueva cuenta en 'chilangos' 100% 'chilangos'…

Las figuras de dos personas cercanas y 'migrantes' marcaron mi realidad ante el tema, durante 23 años. Por un lado mi Tío Lalo, 'El Chino'. Por otro, mi Tía Maru; 'La Chapulín'. Creo que solamente los vi juntos una vez. Un viaje de mi Tía y 'El Chix' (mi querido Tío Christoph) a Pachuca, cuando 'El Chino' vivía ahí, y mis abues iban todos los fines de semana.

Si bien ellos se conocen, desconocen que en estos 3 años y medio acuden a mí, casi a diario, sin 'deberla ni temerla'. Sus historias me sirven para tomar fuerza, y he pasado incontables horas imaginándolos hace 25 años cada uno comenzando su historia en países y circunstancias tan diferentes.

Imagino a la 'Chapul' jovencita, siendo una pieza exótica, estudiando durísimo, aprendiendo idiomas complicadísimos, deslumbrada por ciudades, museos, enamorada de un suizo exquisito. Me imagino a la 'Chapul' extrañando a su familia, en momentos de soledad donde no hay ningún hombro, ni una palabra elegible que consuele. Además, rodeada por montañas heladas, y sus pequeños piececitos hundiéndose en la nieve. Pero ella sigue siendo especial, y ha construído tanto al lado del 'Chix'.

Pienso en mi 'Chinito',  en un país que está tan cerca, pero que es la entrada a otro mundo. Me pregunto cómo habrá sobrevivido, dónde vivía, qué comía… Armo el rompecabezas de su vida según mi abuela, según sus hermanos. Estoy seguro que ese rompecabezas es poco preciso. Ahora lo veo con Mary, tan contento y feliz. Con una familia divina.

El nivel de orgullo y cariño que siento por los dos es inmenso. Cuando todo falta, pienso en ellos y sigo caminando.

Cuando estamos lejos, la familia solo se entera de lo bueno. Lo malo, se convierte en un tesoro que solo nosotros conocemos, y que por el simple hecho de vencer adversidades y haber 'sobrevivido', guardamos celosamente.

Ahora cuando es el Día de las Madres, el cumpleaños del abuelo, de la abuela, Navidad o Fin de Año, pienso en la 'logia' secreta que, sin querer, formamos 'El Chino', mi 'Chapul' y yo. Tres mexicanos perdidos, que fueron a buscar su patria a otro sitio, pero que realmente nunca se fueron.

3 comentarios:

  1. Pelacho li Caaaaaalneeeee!
    Te quiero mucho!

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  2. Para mí no te has ido tampoco, siempre serás Huevo o mi Muñeco, sin importar la denominación de origen.

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  3. La verdad que nunca nos hemos ido porque siempre estuvimos (y estamos) rodeados de personas maravillosas.

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