Bajaba contento por las escaleras, silbando la Danza Húngara No.1 de Brahms, con la encomienda de comprar el pan y la leche.
Ya en la calle, el 2011 me recibió con una típica imagen (que, entiendo ó asumo) es latinoamericana: zapatos colgando de cables de electricidad.
Pese a que conozco el difícil proceso que conlleva la tarea, y pudiendo imaginar algunas respuestas, no pude dejar de hacerme varias preguntas: ¿Quién y por qué hace eso? ¿Con qué propósito? ¿Las mamás de los jóvenes y/o niños no los regañan? ¿Por qué las autoridades no bajan los zapatos que viven en los cables? ¿Pueden esos zapatos ocasionar un accidente de electricidad?
Luego me imaginé a niños de muchas otras regiones del mundo haciéndolo, tirando zapatos a miles de cables de electricidad. Imaginé ciudades que no conozco, con sus calles adornadas por zapatos.
Vino después la cuestión artística, para la que no tuve mas que nuevas preguntas e indecisiones. Puedo decir que si el cable tiene varios zapatos colgando, lo considero una exhibición. Si en el cable solamente hay un par de zapatos, lo tomo como un ‘statement’, un inocente disparo al aire, un grito entre muchas voces.
Luego regresó Brahms con sus danzas y le llevé el pan y la leche a O.
Aquí les dejo a Kissin interpretando las danzas que de vez en cuando me invaden. Feliz 2011.
Recuerdo esos silbidos, significa que estás de buenas. Feliz 2011 para ti y para Ody.
ResponderEliminar1. Sigue escribiendo Lalo, sigue escribiendo.
ResponderEliminar2. Confieso que yo siempre quiero tirar mis champions al cableado del poste frente a casa.
Estoy de buenas Sil, en paz. Me sirvió mucho nuestra conversación del otro día. Los quiero mucho.
ResponderEliminarSam, gracias por leerme y cuando te entren las ganas de tirar los champions, házlo. Será hermoso.