miércoles, 1 de junio de 2011

De futuros y presentes

Ya estaba montado, y pedaleaba la bicicleta fija cuando se me antojó de entre mil opciones Paganini, con su Concerto No. 1 para violín. Para ser Nicolo, que bueno que no se me cruzó uno de sus caprice, por que si no...

Que por qué Paganini, porque se fueron acabando los besos, los abrazos del rencuentro. Porque minutos antes O y yo hablábamos (hablar, aunque sea diplomática y respetuosamente, también debe ser considerado como sustituto de 'discutir') en el estacionamiento sobre su futuro, sobre mi futuro, sobre nuestro futuro... sobre el presente, y sobre todo (por que ésto sí que fue el detonante para Paganini) sobre mi habilidad de truncar el ánimo positivo de O, su visión de la vida sin complicaciones, su seguridad de Diosa romana de que la vida es para disfrutarsela y que nada va a salir nunca mal.

Yo admiro a O en tantas cosas. Pero sobre todo le tengo un respeto descomunal a su forma de nunca ponerse barreras, de siempre ir para delante y de saber, quién sabe cómo, las cosas siempre salen para bien.

En lo más profundo de mi ser, yo tengo también esa certeza. No sé si es por ser mexicano, por ser latinoamericano, por ser católico, por ser Andrade, por ser Gress... me viene a la mente la máxima de mi padre: "la vida es dura, y difícil".

O le echa la culpa a eso de ser mexicano, y me restriega mientras me soba los cachetes que 'a ustedes les encanta sufrir'.

En la tierra donde el PRI y Televisa mandan, donde alguien como Thalía ó RBD puede triunfar y ser un éxito, compro totalmente el argumento.

Al final creo que es un poco de todo. Me cuesta ser feliz. Me da un trabajo enorme aceptar. Aceptar. Aceptar. Aceptar. Mil veces más, aceptar.

Yo le digo a O que ya le tocó un yo mejorado. Súper positivo. Que ya Pessoa, Rimbaud y otros poetas malditos ya pasaron, ya casi ni me acuerdo...

O me ha hecho ser una mejor persona. Sé que esa frase ha aparecido en Hollywood, mil veces en Best Sellers, pero sólo cuando uno se da cuenta, cuando uno lo vive, lo palpa... es algo tan puro, tan claro. Y te saca una sonrisa grande y boba, y los ojos se te abren grandes, grandes.

Cuando nos abrazamos en el estacionamiento del gimnasio, le dije que no dudara de mí. Que nunca le he fallado. Que voy un poco más despacio, pero yendo, con pasos constantes, hacia el lado de la felicidad.

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Bueno, quizá no sea la música más 'felíz', pero qué bella y qué perfecta es... les dejo con una interpetación del Concerto No.1 de Nicolo Paganini,  el primer showman de la música, el más grande de todos con violín en mano... a quien Heifetz llamaba 'Dios'.

4 comentarios:

  1. Hijo, como siempre tus blogs son una delicia....
    Siempre has sido una gran persona, un ser muy especial...
    Le doy Gracias a Dios por haber puesto a Odettita en tu camino, siempre positiva y emprendedora.
    Y reconozco que en general los mexicanos son sufridores, pero no todos somos así, habemos algunos que siempre tratamos de sacar lo ejor aún de las peores circunstancias.
    Para mi la vida nunca ha sido ni dura ni difícil.
    Siempre ha sido un regalo y una oportunidad en donde he tratado de dar lo mejor de mí y eso fue lo que traté de enseñarte.
    Así que a ver lo mejor en todo Lalo, lo mejor en tí y en todos, olvida a Rimbaud y a Pesoa....es como ponerte a ver telenovelas (cosa que nunca viste en tu casa) y disfruta el regalo de la vida con lo positivo y lo no tan positivo, sabiendo que eres un amado hijo de Dios que merece por derecho Divino todo lo mejor que hay en el Universo y que ha venido a este plano a ser feliz y a aprender lecciones....
    Te adoro.....

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  2. Lalísimo. El concepto "Lamento Boliviano" de los Enanitos no es algo que se inventaron luego de beber mucho. No. Es real, existe tal cosa, y yo me casé con ella. De modo que no te sientas mal si de repente te encuentras sufriendo o lamentándote un poquito.

    O siempre ha sido nuestra eterna optimista. Yo también le tengo respeto y amor por su ánimo y los miles de té's que es capaz de ingerir al estilo japonés sobreviviente de un Tsunami.

    Que de vez en cuando uno sufra un poco no es malo. Yo comencé a hacerlo en mi fuero interno, y me ha ido un poco mejor. Así no contagio a nadie, y si pasa lo que no debe pasar, al menos no me enlacé en los dichos de mi boca.

    Un abrazo a ambos!
    Sam

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  3. Gracias por sus comentarios.

    Llevan mucha razón. Seguiremos aprenbdiendo lecciones, y al final seré, seremos felices.

    Conozco el lamento boliviano, muy parecido al mexicano, jejejeje. Trataremos de no contagiar nunca a nadie.

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